martes, 18 de octubre de 2016

Eres Mi Canción








Tal vez sonara tonto, pero aun extraño, aquellos días donde no te conocía, donde el respirar era fácil, donde la vida era blanco y negro, donde un taza de té no tenía aroma, donde todo tenía una sola respuesta.
Llegaste como una ráfaga de viento, mencionando, “soy Natalian, pero puedes llamar Nat”, hasta tu nombre sonaba ridículo, pero tus ojos no lo eran, además, aquella sonrisa que aun la tengo presente. No era sencillo deshacerme de ti, en poco tiempo pasaste de <solo Natalian>, a ser, “mi Natalian”.
Es difícil definirte con una sola palabra, porque, te llevas el diccionario completo, pero, el amor sigue aquí, te preguntaras ¿dónde?, pues un martes por la tarde lo sembraste con un beso, y  con estas palabras que nunca olvidare, “Te convertiste en mi canción favorita, de esas, que la reproduces un millón de veces”
Un año y dos meses, se convirtieron en mi mundo, pero sería eterno esperar un mes, para replicar “si acepto”.

Juramos que, entre nosotros nunca ocurrirá una despedida, porque obviamente las detestabas, pero creo, que la promesa se corrompió, cuando tu corazón dejo de latir y el respirar sería una agonía.



domingo, 16 de octubre de 2016

Libro Marrón








Mariana, era el nombre de la hermana Mayor, una niña pequeña a pesar de sus edad, vivía en las montañas, acompañada por su hermana menor Lizy, que tras una tormenta de desgracia terminaron en un orfanato. Lizy siempre veía a Mariana  con amor y cariño, pero por alguna razón, Mariana no la quería a su lado. Los días pasaban en aquel orfanato con felicidad cuando una niña era adoptada, pero cuando la lluvia venia acompañada con espantosos rayos, Mariana se olvidaba de evitar a Lizy, entraba en su Habitación y la abrazaba mencionando "que teme los rayos". Para la hermana menor, desea que todas las noches existan tormentas, porque así podía retener a Mariana a  su lado.
Durante el año siguiente Lizy creció y con ello llego su cumpleaños número ocho, aquel día las mojas del orfanato prepararon varias tortas, no solo para lizy, también para cinco niñas que cumplían años en aquel mes. Para aquel tiempo mariana tenia once, y  lo único que hacía era sentarse en un viejo columpio hasta que el sol se ocultase en aquel follaje del horizonte.
Todas las niñas del orfanato cantaron el feliz cumpleaños, pero Lizy no veía a Mariana en la muchedumbre, tras terminar la comida encontró a su Hermana en el pasillo que conducía hacia una habitación, donde ella había entrado más de una vez.  Mariana traía con sigo un vestido color pastel, su cabello corto bien peinado con un prendedor, dejaban ver su frente.
Aquella noche de Octubre, no caían rayos del cielo, pero Mariana visito a Lizy.
---Lizy,Lizy,Lizy,Lizy---dijo Mariana en susurros, la niña se despertó de pronto, sorprendida de ver a su hermana, entorno sus ojos intentando aclarar la brumosa oscuridad.
---que sucede--- Dijo Lizy levantando la voz, al instante Mariana hizo un gesto para silenciar a su hermana.
---Feliz cumpleaños---comento abrazando a Lizy, al momento saco un objeto rectangular, envuelto en un papel color crema, que en el repetía "Feliz Cumpleaños Lizy" de todas las manera escritas.
La niña no esperaba aquello de parte de su hermana, que lo tomo con sus manos temblando, al instante se lo llevo cerca de su corazón.
---¡Ábrelo!--- dijo mariana con entusiasmo, Lizy lo abrió tratando de no romper el sobre, de pronto su mano se encontró con algo duro, al verlo Lizy, levanto las cejas arrugando su nariz.
---Es un libro, pero, no está lleno de letras--- dijo mariana.
Lizy miro la portada cuyas letras decían "PARA LIZY", su fondo era de color marrón, al abril tenía una nota, que está escrita en francés.
---Pero yo no sé Francés--- dijo Lizy, recogiendo su cabello tras la oreja.
---Por ello, tienes que aprender Francés--- dijo Mariana, al instante que tomo su mano y la teñía de color negro, agarro el libro, en la siguiente página planto su mano dejando huella en el papel, escribió su nombre completo y su edad. Al momento hizo lo mismo con la Mano derecha de Lizy.
---Prométeme --- dijo Mariana, asiendo pausa, apretando la barbilla de Lizy.
---Prométeme, que me buscaras, pasa lo que pase---comento Mariana, con sus ojos húmedos, Lizy la miro,  intentado analizar el momento, pero aquella mirada  demostraba, que algo en su interior, se rompió.
---Te lo prometo--- susurro Lizy, ella sentía que todo era parte de una despedida.
---y que hare con esto--- comento Lizy, abriendo el libro. Mariana, secando sus lágrimas, agarro el libro.
---Aquí escribirás, cartas para mí.....----Se formó un nudo en la garganta de Mariana, conteniendo la respiración, para que aquellas lagrimas no salieran.
---Cuando, te sientas sola, o necesites hablarme, solo.......... escríbeme--- repuso Mariana, con una leve sonrisa, señalando el libro.
---y cuando, me encuentres........ Las leeré---dijo Mariana, mientras caminaba hacia la puerta.
La mañana siguiente, Lizy despertó mas tarde de lo debido, durante el almuerzo busco a Mariana, fue al columpio, no la encontró. Aquella tarde subió los escalones hacia la habitación donde dormían diez niñas incluyendo a Mariana, su cama era la del fondo, pero solo encontró un catre, sin sabanas, sin  almohadas,  sus lágrimas cayeron al suelo como una llovizna en pleno verano. Eso significaba una cosa, que se ha ido, que la han adoptado y nunca fue capaz de mencionárselo a Lizy.

Desde aquel tiempo, Lizy escribió en su libro marrón, y nunca volvió a ver a Mariana.