Mariana,
era el nombre de la hermana Mayor, una niña pequeña a pesar de sus edad, vivía
en las montañas, acompañada por su hermana menor Lizy, que tras una tormenta de
desgracia terminaron en un orfanato. Lizy siempre veía a Mariana con amor y cariño, pero por alguna razón,
Mariana no la quería a su lado. Los días pasaban en aquel orfanato con
felicidad cuando una niña era adoptada, pero cuando la lluvia venia acompañada
con espantosos rayos, Mariana se olvidaba de evitar a Lizy, entraba en su
Habitación y la abrazaba mencionando "que teme los rayos". Para la
hermana menor, desea que todas las noches existan tormentas, porque así podía
retener a Mariana a su lado.
Durante
el año siguiente Lizy creció y con ello llego su cumpleaños número ocho, aquel
día las mojas del orfanato prepararon varias tortas, no solo para lizy, también
para cinco niñas que cumplían años en aquel mes. Para aquel tiempo mariana tenia
once, y lo único que hacía era sentarse
en un viejo columpio hasta que el sol se ocultase en aquel follaje del
horizonte.
Todas
las niñas del orfanato cantaron el feliz cumpleaños, pero Lizy no veía a
Mariana en la muchedumbre, tras terminar la comida encontró a su Hermana en el
pasillo que conducía hacia una habitación, donde ella había entrado más de una
vez. Mariana traía con sigo un vestido
color pastel, su cabello corto bien peinado con un prendedor, dejaban ver su
frente.
Aquella
noche de Octubre, no caían rayos del cielo, pero Mariana visito a Lizy.
---Lizy,Lizy,Lizy,Lizy---dijo
Mariana en susurros, la niña se despertó de pronto, sorprendida de ver a su
hermana, entorno sus ojos intentando aclarar la brumosa oscuridad.
---que
sucede--- Dijo Lizy levantando la voz, al instante Mariana hizo un gesto para
silenciar a su hermana.
---Feliz
cumpleaños---comento abrazando a Lizy, al momento saco un objeto rectangular,
envuelto en un papel color crema, que en el repetía "Feliz Cumpleaños
Lizy" de todas las manera escritas.
La
niña no esperaba aquello de parte de su hermana, que lo tomo con sus manos
temblando, al instante se lo llevo cerca de su corazón.
---¡Ábrelo!---
dijo mariana con entusiasmo, Lizy lo abrió tratando de no romper el sobre, de
pronto su mano se encontró con algo duro, al verlo Lizy, levanto las cejas
arrugando su nariz.
---Es
un libro, pero, no está lleno de letras--- dijo mariana.
Lizy
miro la portada cuyas letras decían "PARA LIZY", su fondo era de
color marrón, al abril tenía una nota, que está escrita en francés.
---Pero
yo no sé Francés--- dijo Lizy, recogiendo su cabello tras la oreja.
---Por
ello, tienes que aprender Francés--- dijo Mariana, al instante que tomo su mano
y la teñía de color negro, agarro el libro, en la siguiente página planto su
mano dejando huella en el papel, escribió su nombre completo y su edad. Al
momento hizo lo mismo con la Mano derecha de Lizy.
---Prométeme
--- dijo Mariana, asiendo pausa, apretando la barbilla de Lizy.
---Prométeme,
que me buscaras, pasa lo que pase---comento Mariana, con sus ojos húmedos, Lizy
la miro, intentado analizar el momento,
pero aquella mirada demostraba, que algo
en su interior, se rompió.
---Te
lo prometo--- susurro Lizy, ella sentía que todo era parte de una despedida.
---y
que hare con esto--- comento Lizy, abriendo el libro. Mariana, secando sus
lágrimas, agarro el libro.
---Aquí
escribirás, cartas para mí.....----Se formó un nudo en la garganta de Mariana,
conteniendo la respiración, para que aquellas lagrimas no salieran.
---Cuando,
te sientas sola, o necesites hablarme, solo.......... escríbeme--- repuso
Mariana, con una leve sonrisa, señalando el libro.
---y
cuando, me encuentres........ Las leeré---dijo Mariana, mientras caminaba hacia
la puerta.
La
mañana siguiente, Lizy despertó mas tarde de lo debido, durante el almuerzo
busco a Mariana, fue al columpio, no la encontró. Aquella tarde subió los
escalones hacia la habitación donde dormían diez niñas incluyendo a Mariana, su
cama era la del fondo, pero solo encontró un catre, sin sabanas, sin almohadas,
sus lágrimas cayeron al suelo como una llovizna en pleno verano. Eso
significaba una cosa, que se ha ido, que la han adoptado y nunca fue capaz de
mencionárselo a Lizy.
Desde
aquel tiempo, Lizy escribió en su libro marrón, y nunca volvió a ver a Mariana.