jueves, 29 de septiembre de 2016

Capítulo 1


El color de sus ojos 




Pasado con Mariza

La chica de los viernes la denominaban, porque no sabían exactamente su nombre, pero sabía que cada viernes, durante los tres meses que llevaba allí, era infaltable en el cinema, la conocí durante la limpieza de la sala 5, la película ya había terminado, pero ella seguía allí, mirando la pantalla donde se desplazada los créditos, justo en el asiento 25B. 
Al transcurso de media hora la banda sonora de la película había terminado, se levantó del asiento, giro hacia la derecha, con la frente en alto bajo los escalones, en medio del silencio se escuchaba su voz, que en susurro contaba cada paso que daba.
El frio llego con la tierna luz de la luna acompañado de una pequeña llovizna, con la avenida desolada arribe en la estación, donde la palabra mucho era poco para expresar la cantidad de personas , a pocos segundo el trole llego, abrió sus puertas, que al instante se marchó completamente lleno dejando la estación en silencio, la lluvia descendía  con gran fuerza, el sonido estridente del agua golpeando al cristal aumento, las luz parpadeaban hasta que todo oscureció, un rayo cayó en la caja eléctrica opacando la visibilidad de la ciudad, al otro extremo de la estación una luz blanca brilla, al acercarme entornando los ojos en medio de la oscuridad,  era Mariza que lleva en su muñeca una especie de brazalete que resplandece.
¿Cómo sabia su Nombre?
Para el viernes siguiente, el cinema estuvo saturado, la película había comenzado pero aun así las personas querían verla, con una linterna, en la penumbra de la sala 5, me encontraba dirigiendo a un grupo de chicos a sus asientos, al instante resonó la alarma de incendios, Henry entro corriendo hacia el centro de la sala.
—Todos diríjanse  hacia las salidas de emergencia— dijo ha corrido, por la parte posterior descendía humo, el pánico es el principal tema aquí, la gente se tropezada uno con otro, escucho el vibrar del corazón, la necesidad de respirar en cada segundo, una nube densa de humo se apodero de la sala y en la lejanía se escucha una voz, suave y desesperada, es Mariza con la mirada perdida, lo único que hace es frotar los botones de su abrigo que lleva encima de su vestido floreado. 
Al acercarme.
— La salida de emergencia es por aquí — repuse tomándola de la mano, que al momento ella se aferró a la mía, es suave y cálida, salimos a galope.
Ya fuera del cinema, Mariza, no dejaba de darme las gracias y sonreía cada vez que lo decía.
— Te recomiendo que para la próxima vez, salgas corriendo — lo dije haciéndome oír entre tanto ruido— Espero que, para la próxima, estés tu allí — repuso
— Podrías decir.... ¿dónde me encuentro? — pregunto, frotando el botón.
— En el cinema — respondí cerca de su oído
—No te lo he preguntado a ti — comento, se subió la manga del abrigo, en la muñeca derecha lleva un brazalete blanco — aún estamos en el centro comercial, en el segundo piso— aquella voz robótica salió del brazalete.
— Quiero salir del centro comercial — menciono, al instante, el brazalete respondió — da diez pasos hacia la izquierda — 
— bueno, gracias por tu ayuda— agrego, mientras se alejaba giro y dijo.
—Por cierto mi nombre es Mariza—

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